viernes, 29 de octubre de 2010

Cohesión Social

En nuestra primera clase de la asignatura de Intervención hemos trabajado acerca de la cohesión social. Para ello, hemos tomado como referencia un artículo del periódico El País, titulado Peligro: la cohesión social se agrieta
En este artículo se han trabajado muchos aspectos interesantes como son la exclusión social y la pobreza, la feminización de la pobreza, la crisis (un hecho tan importante que está presente en la actualidad) y sobre todo, la cohesión social.
No me gustaría empezar a trabajar el documento sin antes detenerme a explicar brevemente lo que se entiende por cohesión social.
Como muy bien define la Wikipedia, la cohesión social designa el grado de consenso de los miembros de un grupo social o la percepción de pertenencia a un proyecto o situación común. Es una medida de la intensidad de la interacción social dentro del grupo.
En este sentido, debemos saber que la necesidad de cohesión social dentro de la sociedad es básica, pues es necesario que los miembros de un grupo se coordinen e interactúen para poder guiar correctamente la acción social.
Y ahora me pregunto yo ¿existe cohesión social en nuestro país? Se trata de una pregunta que queda en el aire, pues resulta doloroso ver cómo algunas personas viven en sociedad sin importarles nada los demás y la situación que estén sufriendo otros que se encuentren en situaciones de vida pésimas. Pero, en esta sociedad hay de todo: habrá gente que realmente se preocupe y participen para una mejora en la riqueza social y gente que pasen de todo, de ahí que se esté produciendo una ruptura en la cohesión social. Un claro ejemplo de ello viene muy bien reflejado en el artículo que dice: Si faltan los estudios, si existen trabajos precarios, si no hay participación en el empleo… estaremos ante una apuesta clara por el conflicto.
Uno de los aspectos que he considerado más relevantes del artículo es que algo tan significante como es la situación de crisis actual que estamos viviendo en España, está llevando a muchas familias a la pobreza y a la exclusión social.
Debemos tener muy claro ya que no es lo mismo pobreza que exclusión social. La diferencia estriba en que una persona es considerada pobre cuando se encuentra en una situación de carencia o necesidad que le impide satisfacer sus necesidades básicas, tales como alimentación, sanidad, vivienda, educación, acceso al agua potable. En cambio, ser excluido significa que tiene dificultad para integrarse en la sociedad, ya sea por desventaja económica, profesional, política o de estatus social. Es cierto que la pobreza lleva a la exclusión, de ahí que debido a la situación de crisis actual, gran parte de las personas que se encuentran en situación de desempleo, están siendo excluidos de la sociedad. Sin embargo, la persona que era pobre de antes, esta crisis le afecta como a todo el mundo, pero no en la misma medida que pueda afectar a cualquier otra persona que antes no era pobre. Como muy bien dice un experto, “Los que no tienen nada que perder, nada pierden”.
Otro de los aspectos interesantes que trata el artículo es la feminización de la pobreza. La pobreza se está feminizando por varios motivos como son:
-         Hay más mujeres.
-         Mayor acceso al trabajo.
-         Crecimiento de familias monoparentales, pues antes una mujer no se sentía capaz de llevar una familia adelante sin un hombre. Ahora, en cambio, sí.
-         Al incorporarse la mujer al mercado de trabajo, y por tanto, al haber más gente, los salarios bajan.
Entonces, ¿qué es lo que está pasando? Pues que la pobreza se está feminizando. De hecho, como muy bien indica el artículo, la exclusión se ceba en familias pilotadas por mujeres, inmigrantes y personas con pocos estudios.
Para terminar, decir que no estoy de acuerdo con algo que se ha debatido en la clase como es el ejemplo de los ordenadores en niños de 5º y 6º de primaria. Entiendo que el nivel de alfabetismo tecnológico en los niños de esta edad sea bastante bajo y que todos los niños tengan el mismo derecho a gozar de ordenador, que no sólo sea unos pocos sino todos los que dispongan de este recurso (igualdad de oportunidades) pero creo que hay otras muchas cosas importantes en las que emplear ese dinero, pues todos nos hemos formado sin ordenador, es ahora cuando estamos gozando de ellos y no nos ha pasado nada; algunos entenderemos más sobre esta nueva tecnología y otros entenderemos menos pero al fin y al cabo todos estamos disfrutando de ordenadores ahora, en 5º o 6º de primaria casi nadie teníamos. Pues lo que quiero decir con todo esto es que creo que es un dinero bastante curioso lo que se ha empleado en estos niños, dinero que podría ser empleado en otras cosas mucho más importantes como es en los niños que se están muriendo de hambre en países del Tercer Mundo, que no pueden tener acceso ni a una formación, ni a una vivienda digna, ni a una buena alimentación, ni al agua potable.

Una Pequeña Reflexión

Antes de empezar a trabajar las dos cosillas que hemos visto en clase en estas dos últimas semanas, me gustaría dedicar esta primera entrada del blog a decir lo que pienso sobre lo que va a ser nuestro futuro, pues en estas dos clases hemos debatido mucho acerca de nuestro futuro como educadores y trabajadores sociales y por lo que veo, todavía muchos no lo tienen muy claro.
Señoras y señores que estamos en tercero ya y muchos se creeis que estáis en el instituto todavía; que dentro de un año vamos a tener que salir a la calle a trabajar con la realidad social y por lo que se ve, muchos no tenéis asumido vuestro rol de educadores y trabajadores sociales; pues para llegar a ser este tipo de profesional tenemos que empezar a cambiar nuestra forma de ver la vida.
Como muy bien ha recalcado Almudena, para empezar a trabajar como educadores y trabajadores sociales, debemos cambiar nuestra visión de ver las cosas, pues no debemos tener una única visión de los hechos, sino tenemos que ver siempre el problema desde varias ópticas.
Y en este sentido, me ha llamado mucho la atención una frase que ha dicho la profesora como es Hay que desaprender lo aprendido. Y es así, no podemos quedarnos con lo que hemos aprendido en la escuela o en la universidad a lo largo de varios años, sino que nuestro ámbito de trabajo va a ser muy amplio, en el que no todos tenemos las mismas oportunidades; pues por eso mismo, nosotros tenemos que cambiar esa realidad y debemos hacerlo para que el colectivo o entidad con el que estemos trabajando, logre conseguir una mejora en su calidad de vida; mejora que dependerá, en la mayoría de los casos, de nosotros, de nuestro trabajo, de nuestro esfuerzo y de la fuerza de voluntad empleada para conseguir cambiar la situación. Si no ponemos de nuestra parte para cambiar la situación, de nada sirve ayudar a esas personas. Además, ya no es sólo cambiar la situación de la persona, que es lo que tenemos que hacer como trabajadores sociales, sino también somos educadores sociales y por ello, también tenemos que ser capaces de cambiar los procesos psicológicos de su aprendizaje. En este sentido, desarrollamos una doble función y para ello, debemos conocer los recursos con los que disponemos para trabajar con esa persona y a partir de esos recursos, tengo que hacer lo mejor que sé de mí, poner todo lo que esté de mi mano para cambiar esa situación. Si no lo hacemos porque no seamos capaces de hacerlo, ¿para que estamos en esta carrera?
Tenemos que tomar conciencia ya de lo que estamos estudiando y dejar a un lado los miedos y las incertidumbres porque todo esto a quien le perjudica es a la persona afectada con la que vayamos a trabajar el día de mañana.
Una vez depositado aquí mis pensamientos e inquietudes, me despido de esta primera entrada dando ánimo a aquellas personas que todavía no tienen asumido del todo si van a ser capaces de trabajar como trabajador o educador social, ya que sé que no es nada fácil pero es lo que hemos elegido ser.