En nuestra primera clase de la asignatura de Intervención hemos trabajado acerca de la cohesión social. Para ello, hemos tomado como referencia un artículo del periódico El País, titulado Peligro: la cohesión social se agrieta
En este artículo se han trabajado muchos aspectos interesantes como son la exclusión social y la pobreza, la feminización de la pobreza, la crisis (un hecho tan importante que está presente en la actualidad) y sobre todo, la cohesión social.
No me gustaría empezar a trabajar el documento sin antes detenerme a explicar brevemente lo que se entiende por cohesión social.
Como muy bien define la Wikipedia, la cohesión social designa el grado de consenso de los miembros de un grupo social o la percepción de pertenencia a un proyecto o situación común. Es una medida de la intensidad de la interacción social dentro del grupo.
En este sentido, debemos saber que la necesidad de cohesión social dentro de la sociedad es básica, pues es necesario que los miembros de un grupo se coordinen e interactúen para poder guiar correctamente la acción social.
Y ahora me pregunto yo ¿existe cohesión social en nuestro país? Se trata de una pregunta que queda en el aire, pues resulta doloroso ver cómo algunas personas viven en sociedad sin importarles nada los demás y la situación que estén sufriendo otros que se encuentren en situaciones de vida pésimas. Pero, en esta sociedad hay de todo: habrá gente que realmente se preocupe y participen para una mejora en la riqueza social y gente que pasen de todo, de ahí que se esté produciendo una ruptura en la cohesión social. Un claro ejemplo de ello viene muy bien reflejado en el artículo que dice: Si faltan los estudios, si existen trabajos precarios, si no hay participación en el empleo… estaremos ante una apuesta clara por el conflicto.
Uno de los aspectos que he considerado más relevantes del artículo es que algo tan significante como es la situación de crisis actual que estamos viviendo en España, está llevando a muchas familias a la pobreza y a la exclusión social.
Debemos tener muy claro ya que no es lo mismo pobreza que exclusión social. La diferencia estriba en que una persona es considerada pobre cuando se encuentra en una situación de carencia o necesidad que le impide satisfacer sus necesidades básicas, tales como alimentación, sanidad, vivienda, educación, acceso al agua potable. En cambio, ser excluido significa que tiene dificultad para integrarse en la sociedad, ya sea por desventaja económica, profesional, política o de estatus social. Es cierto que la pobreza lleva a la exclusión, de ahí que debido a la situación de crisis actual, gran parte de las personas que se encuentran en situación de desempleo, están siendo excluidos de la sociedad. Sin embargo, la persona que era pobre de antes, esta crisis le afecta como a todo el mundo, pero no en la misma medida que pueda afectar a cualquier otra persona que antes no era pobre. Como muy bien dice un experto, “Los que no tienen nada que perder, nada pierden”.
Otro de los aspectos interesantes que trata el artículo es la feminización de la pobreza. La pobreza se está feminizando por varios motivos como son:
- Hay más mujeres.
- Mayor acceso al trabajo.
- Crecimiento de familias monoparentales, pues antes una mujer no se sentía capaz de llevar una familia adelante sin un hombre. Ahora, en cambio, sí.
- Al incorporarse la mujer al mercado de trabajo, y por tanto, al haber más gente, los salarios bajan.
Entonces, ¿qué es lo que está pasando? Pues que la pobreza se está feminizando. De hecho, como muy bien indica el artículo, la exclusión se ceba en familias pilotadas por mujeres, inmigrantes y personas con pocos estudios.
Para terminar, decir que no estoy de acuerdo con algo que se ha debatido en la clase como es el ejemplo de los ordenadores en niños de 5º y 6º de primaria. Entiendo que el nivel de alfabetismo tecnológico en los niños de esta edad sea bastante bajo y que todos los niños tengan el mismo derecho a gozar de ordenador, que no sólo sea unos pocos sino todos los que dispongan de este recurso (igualdad de oportunidades) pero creo que hay otras muchas cosas importantes en las que emplear ese dinero, pues todos nos hemos formado sin ordenador, es ahora cuando estamos gozando de ellos y no nos ha pasado nada; algunos entenderemos más sobre esta nueva tecnología y otros entenderemos menos pero al fin y al cabo todos estamos disfrutando de ordenadores ahora, en 5º o 6º de primaria casi nadie teníamos. Pues lo que quiero decir con todo esto es que creo que es un dinero bastante curioso lo que se ha empleado en estos niños, dinero que podría ser empleado en otras cosas mucho más importantes como es en los niños que se están muriendo de hambre en países del Tercer Mundo, que no pueden tener acceso ni a una formación, ni a una vivienda digna, ni a una buena alimentación, ni al agua potable.