miércoles, 29 de diciembre de 2010

SOCIALIZACIÓN

Como todos sabemos, la socialización no es tema que estemos dando nuevo ahora, pues llevamos tres años consecutivos trabajando sobre él y ya todos debemos tener el concepto bastante asimilado. A pesar de ello, en esta entrada haremos un pequeño recordatorio e introduciremos cosas novedosas que dimos el último día en clase y que resultan interesantes de conocer.

Para empezar, todos sabemos que la socialización es el proceso a través del cual el individuo, en interacción con los otros y con la sociedad, aprende e interioriza un repertorio de normas, valores, costumbres, comportamientos y formas de percibir la realidad. Algunos autores defienden que buena parte de este comportamiento es innato, es decir, que viene determinado ya en el momento de nacer y esto trae como consecuencia el pesimismo pedagógico. En cambio, otros defienden el ambientalismo, es decir, atribuyen al entorno la responsabilidad de la conducta de los individuos, lo que trae como consecuencia la falacia ecológica (todo viene de fuera: “dime con quién andas y te diré quién eres”). Por otro lado, también podemos encontrar una posición radical en el sentido de entender al individuo como una tabula rasa, un libro vacío en el cual la sociedad va escribiendo y va llenando de cosas.
La sociología y la psicología social definen la socialización como el proceso de incorporación del individuo a la sociedad. Se trata, pues, de un proceso complejo ya que la sociedad va cambiando y el individuo ha de adaptarse a estos cambios.
Muchos nos hemos preguntado algunas veces, si todos conocemos la socialización ¿por qué falla? Pues por eso, porque no somos conscientes de la sociedad en que vivimos y las instituciones sociales van cambiando. De ahí que no nos adaptemos igual a la evolución que tiene la sociedad y falle el proceso de socialización.
Además, otra causa importante es que estamos acostumbrados a seguir determinados esquemas y cuando éstos cambian, falla la socialización. Un claro ejemplo de ello es el que nos está pasando a nosotros en las clases de Intervención Educativa, que estamos acostumbrados desde pequeños a que sea el profesor el que imparta la teoría y dé la clase y los alumnos escuchamos. Entonces, cuando Almudena llega cambiando este esquema, diciendo que hablemos nosotros y ella escucha, ya fallamos porque no estamos acostumbrados a eso.
Es importante destacar que no todos nos socializamos de la misma manera, es decir, la socialización es diferencial. Dentro de ésta, debemos destacar tres tipos importantes de socialización:
-          Socialización primaria: es la primera etapa por la que atraviesa el individuo en su niñez. Se caracteriza por una fuerte carga afectiva. Esta finaliza cuando el individuo adquiere ya en su conciencia el concepto del otro generalizado. En este proceso la familia adquiere un papel importante.
-          Socialización secundaria: el individuo analiza nuevos sectores del mundo objetivo, es decir, el niño descubre que el mundo de sus padres no es el único. En este proceso adquiere relevancia la escuela como agente de socialización.
-          Socialización terciaria: consiste en desaprender lo aprendido, es decir, eliminar lo que no conviene e introducir cosas nuevas al comportamiento. Se trata de una etapa que pocos la tienen en cuenta, pero que es importante en el proceso de socialización.
Las agencias de socialización juegan un papel importantísimo en los procesos de socialización, pues son las instituciones que tienen como función la incorporación de los individuos a la sociedad. Entre estas agencias encontramos la familia, la escuela, los medios de comunicación, el grupo de iguales, el trabajo, el ocio y el tiempo libre… pero es importante destacar la función de las familias y la escuela, pues se trata de dos agencias de socialización que, al igual que la sociedad, también están en continuo cambio y es lo que produce que la socialización siga fallando.
En cuanto a la familia, hemos pasado de ser la familia troncal la predominante dentro del hogar, la compuesta por tres generaciones a ser la familia postnuclear la característica, pues cada vez son más las familias monoparentales y monomarentales las que existen en nuestros días. Además, también vemos cómo la familia está perdiendo cada vez más sus funciones, no saben cuáles son los procesos de socialización que tienen que seguir para criar a sus hijos. De hecho, antes un hijo era incapaz de no obedecer las órdenes de su padre; hoy en día, esto no se percibe, pues son los hijos los que dominan a sus padres. En este caso, hemos pasado del modelo de familia proteccionista (familia que combina el control disciplinar con las muestras de afecto hacia sus hijos y se da un reparto de roles entre el padre, que ejerce la autoridad y la madre, que se encarga de la dimensión emocional) a un modelo de familia permisivo (la familia renuncia a utilizar la disciplina como herramienta educativa y los padres han perdido autoridad ante los hijos). Por tanto, el afecto hacia los hijos y los roles de cada uno se están perdiendo y esto hace que el proceso de socialización falle.
Por otro lado, también debemos destacar la función de la escuela como institución básica en la incorporación de los individuos a la sociedad. Ésta también está cambiando y no del todo a peor, sólo que podríamos meter lo que falta. Es verdad que antiguamente sólo iban a la escuela los niños de familia rica; en cambio, ahora va todo el mundo y esto es un privilegio que todos tenemos, tanto los ricos como los pobres, pues todos tenemos derecho a gozar de una educación académica.
Dentro de la escuela, podemos destacar la escuela de masas, que responde a los patrones de cambio provocados por el desarrollo del capitalismo.
Esta escuela de masas, que ha ido construndose con el paso del tiempo y que ha generado todo un sistema educativo, con reglas, leyes, niveles, etapas, roles diferenciados, tiene dos tipos de funciones: las económicas (preparación para el trabajo) y las sociales (preparación para la ciudadanía). Una tercera función de la escuela es la reproducción o movilidad social de los individuos y de los grupos sociales (mantenimiento, descenso o aumento de las desigualdades sociales).

Con respecto a los medios de comunicación de masas, la televisión es uno de los principales medios que influyen en la educación y socialización de los niños y jóvenes. La violencia y las conductas agresivas, el sexo, el lenguaje soez, la competencia a ultranza, la humillación de las minorías o  los estereotipos de roles de que hacen gala muchas series de dibujos animados o de programas para adultos que son vistos por los niños son, desde diferentes puntos de vista, perjudiciales para la preparación de la ciudadanía en la sociedad en que vivimos. Sí que es verdad que últimamente sale en la televisión muchos anuncios publicitarios que nos informan sobre los riesgos del consumo de drogas, lo que es beneficioso para todos, ya que disponemos de una información interesante a través de los medios de comunicación. Por tanto, no debemos siempre de tener una visión tan negativa de los medios de comunicación, pues éstos muchas veces favorecen nuestro aprendizaje.

En cuanto al ocio y tiempo libre, debemos tener en cuenta que el aumento del tiempo libre se ha convertido en un referente en la vida cotidiana de muchos individuos. Tradicionalmente, el tiempo libre, no muy abundante, se dedicaba al juego 0 a los pasatiempos populares, sin una intervención diseñada por adultos. Pero ya desde finales del siglo XIX y principios del XX se empezó a considerar que el tiempo libre podía ser sujeto de una intervención educativa, a menudo para paliar las deficiencias que se detectaban en la institución familiar y en la escuela. Un claro ejemplo de ello es la creación de los grupos scouts, que ofrecen a miles de niños y niñas la posibilidad de disfrutar en el tiempo libre de un espacio donde aprender, jugar, compartir y soñar. En este caso, la intervención educativa en el tiempo libre se ha constituido en una agencia más de socialización.

El grupo de iguales aunque no es una agencia de socialización en sentido estricto, la preocupación de los adultos ha crecido en las últimas décadas por este espacio de construcción identitaria fuera del control de los adultos. Esta dimensión grupal ha desplazado a la familia y a la escuela en el proceso de socialización. La necesidad de ser reconocido por el grupo es inherente a la especie humana y el papel del grupo en la construcción de la identidad es mucho mayor. Además, en el grupo de iguales los jóvenes realizan aprendizajes que pueden ser fundamentales para su vida futura: procesos de identificación, cooperación, competencia…

El trabajo, durante generaciones, ha sido la agencia de socialización por excelencia. La expulsión de los niños del mercado de trabajo hizo que dejara de tener la dimensión socializadora que había tenido. Así, se pasó de la socialización en el trabajo a la socialización para el trabajo. Pero la socializaci6n directa en el trabajo se ha visto revitalizada en los últimos años. Cuando la escuela falla en proporcionar una formación de base salida y hace falta un puente para el acceso al mercado laboral, numerosos dispositivos de transición hacen del trabajo, el eje educativo, a veces resocializador, de estos programas, como las escuelas-taller o las casas de oficios.

En definitiva, la socialización es un proceso bastante complejo y delicado,  que se está viendo afectado por los cambios vigentes en nuestra sociedad.


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