Este tema fue expuesto por las compañeras Teresa Pozo, María del Mar Ríos y Salud Pérez, donde trataron de transmitirnos sus conocimientos de la manera más divertida posible, a través de vídeos, dinámicas y un concurso al final que estuvo bastante bien.
Antes de adentrarnos en el tema, es importante que sepamos que bullying es una palabra que no todo el mundo conoce y que es sinónimo de acoso, hostigamiento o matonaje escolar. Es cualquier forma de maltrato psicológico, verbal o físico producido entre escolares de forma reiterada a lo largo de un tiempo determinado.
La adolescencia es una de las etapas más difíciles y alarmantes del niño, que suele estar unido a un crisis en la socialización, cambio en las estructuras personales y una desorientación social, factores claves que pueden acarrear al niño a que ejerza bullying en la escuela.
Los protagonistas de los casos de acoso escolar suelen ser niños y niñas en proceso de entrada en la adolescencia (12-13 años), siendo ligeramente mayor el porcentaje de niñas en el perfil de víctimas.
Este tipo de violencia escolar se caracteriza, por tanto, por una reiteración encaminada a conseguir la intimidación de la víctima, implicando un abuso de poder en tanto que es ejercida por un agresor más fuerte que aquella. El sujeto maltratado queda, así, expuesto física y emocionalmente ante el sujeto maltratador, generándose como consecuencia una serie de secuelas psicológicas (aunque estas no formen parte del diagnóstico); es común que el acosado viva aterrorizado con la idea de asistir a la escuela y que se muestre muy nervioso, triste y solitario en su vida cotidiana. En algunos casos, la dureza de la situación puede acarrear pensamientos sobre el suicidio e incluso su materialización.
El bullying es consecuencia de la desadaptación social del adolescente, lo cual significa que los modelos educativos que ejercen la familia juegan un papel importante. Además, en este proceso influye el equipo de profesionales (profesores, director…) que no suelen estar suficientemente preparados ante situaciones de bulliying.
Podemos diferenciar varios tipos de bullying:
- Maltrato verbal (insultos, motes, rumores…). Suele ser el más habitual.
- Intimidaciones Psicológicas (amenazas, gestos de desprecio, notas amenazantes…) Se utiliza para conseguir que la otra persona haga algo en contra de su voluntad.
- Maltrato físico (agresiones, peleas, robar, pegar con algún objeto, humillar…) Es más frecuente en primaria que en secundaria.
- Aislamiento Social (exclusión, no querer hablarle a alguien, no sentarse a su lado…)
- Ciberbullying (se da a través de móviles, internet, redes sociales…). Dentro de este grupo, nos encontramos:
o Hostigamiento (desprecio, odio, ridiculización, burla, menosprecio…)
o Exclusión (impedir que el acosado participe en juegos, aislarlo, impedir su expresión, tratarlo como si no existiera)
o Manipulación (coger información de una persona con el fin de manipularla)
Es importante saber que el bullying nunca es explícito, ni público, ni numeroso (aunque hay veces que un solo ser acosa a un grupo numeroso)
Aunque los casos de bullying se dan sobre un compañero en la mayoría de los casos, los demás compañeros también son víctimas del agresor porque temen a que le hagan lo mismo.
Por lo general, la víctima calla y sufre en silencio. Por tanto, la familia debe estar atenta a los cambios que expresan los hijos (ej. Si no quieren ir a clase…) y los profesores deben vigilar en los pasillos y recreos. En este sentido, primero deben ser los padres y profesores los que tomen medidas sobre el asunto y en casos extremos, debe actuar la Fiscalía.
En definitiva, sabemos ya que la sociedad cada vez está más avanzada y esto influye negativamente en los centros escolares, donde cada vez son más los casos de bullying que se producen y son muy pocas las respuestas que se ofrecen. Como ya hemos dicho anteriormente, las principales causas de que el bullying se lleve a cabo es por la falta de preparación por parte del profesorado, por el modelo educativo adoptado por la familia en el proceso de socialización y por el grupo de iguales al que pertenece el niño.
Por todo ello, es importante tomar medidas de prevención como la creación de un Plan de Convivencia, como bien dijeron las compañeras, donde se establezcan estrategias para prevenir el bullying. Además, también debe asignarse una guía para el equipo docente donde se trabajen en profundidad todas estas estrategias. En este caso, la figura de un educador social que intervenga profesionalmente es primordial, que sea capaz de responder de forma rápida ante la agresión, capaz de comunicar el caso, recabar información y planificar conjuntamente la asistencia de un caso de maltrato: comunicarlo al profesorado, departamento de orientación y equipo directivo. Planificar las actuaciones dependiendo de las necesidades de los implicados y la gravedad de los hechos. Además, es muy importante que sea el educador social el que se encargue de hablar personalmente con la familia y los implicados. Sobre todo, es bastante importante la intervención del educador con el maltratador a la hora de trabajar el caso en profundidad. Para ello, el profesional deberá tener en cuenta la edad de los implicados y la gravedad de las conductas; su intervención deberá estar orientada al arrepentimiento de los agresores y permitir una reflexión sobre la conducta de los implicados (escribir historia del maltrato, representarla y analizarla) Además, sería interesante que éste fuera sometido a tratamiento psicológico en servicios externos al centro educativo. Sin embargo, a la hora de intervenir con la víctima, el educador social deberá organizar un grupo de ayuda entre iguales, donde llevar a cabo actividades para fomentar las habilidades sociales (capacidad para hacer amigos, integración en actividades de grupo, asertividad, expresión de opinión personal) para que de esta forma, concienciar a los compañeros de lo beneficioso que resulta estar en bien con los demás y no llegar nunca a la agresión.
Bien el contenido de tus entradas Inma, continua por esa línea
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